martes, 7 de septiembre de 2010

capítulo 8



Como cada día Marcos está en el lago. Ahora no deja de pensar en Omar. Siente un calor, una excitación que nunca había sentido.
--¿qué es esto? ¿esto será el amor?
Recuerda cómo trató a doña Elena:
--¡no... ese tipo es un bruto¡¡lo tengo que olvidarlo... además ya hace días que vino y no se apareció... no volverá¡
A pesar de su enfado con él, le duele pensar que no lo volverá a ver.

Doña Elena entra en la cocina cargadas de platos. Ahí se encuentra a Omar comiendo una manzana y mirándola muy sonriente. La cocinera se asusta y grita cayéndosele todos los platos. El guapo chico va corriendo a ayudarla:
--¿qué pasó?
--¡¡no me toque...¡ --le dice ella-- ¡¡por su culpa ahora me van a regañar¡
Omar la quiere ayudar pero ella no se lo permite.
--¡váyase... ya se lo dije días atrás...¡¡en esta casa a usted no se le ha perdido nada¡¡ya le dije que en esta casa no hay nadie que conociera a su padre¡¡
--sí lo sé... sólo usted... y me voy a quedar aquí hasta que usted hable...
Omar se sienta en la mesa de la cocina muy tranquilamente:
--yo no la voy a presionar pero yo sé que mi padre está muerto y que si no se avisó a la familia fue porque no fue una muerte normal y porque ni siquiera se le dio sepultura digna...
Lleno de dolor el guapo negro le suplica ayuda:
--¡mi padre está enterrado como un perro en algún lugar de esta finca¡¡
Omar se pone de pie justo delante de ella que está muy angustiada:
--¿es que no le da pena...?usted que lo conoció... tenga caridad y dígame lo que quiero saber...
La mujer lo mira muy triste, casi lo acaricia y le dice con cariño:
--también te conocí a ti de niño... eras muy travieso.
Él la sonríe.
--¿y entonces porque no me ayuda?
Doña Elena no se atreve a mirarlo a los ojos:
--porque no tengo nada que decirle... y márchese... no sea que la señora lo vaya a ver y se enoje...
En eso que llega Blas. Doña Elena se angustia mucho.
--¡Dios mío –dice para sí—si la señora bárbara reconoce a este muchacho como al hijo de.... ¡no lo quiero ni pensar¡
La cocinera se sorprende al ver que Omar y Blas se saludan.
--¿y que ya viste el cuarto?
--No, estaba esperando a que llegaras tú para ver que hago... cuando empiezo...
Doña Elena no da crédito a lo que oye:
--¿qué es esto? –pregunta.
--Omar es el nuevo capataz de la hacienda –le dice Blas.
Omar mira intensamente a la mujer. Le sonríe.
--Pero la señora Bárbara sabe...? –pregunta asustada.
Blas se ríe y dice:
--Bárbara nunca se mete en la gente que yo contrato...
Los dos hombres se van juntos.
--hasta luego... nos iremos viendo –le dice Omar a una asustada Elena.
--Dios Mío... la señora Bárbara lo puede matar... si ella cree que se va a descubrir lo que pasó... la señora Bárbara es capaz de todo –se dice angustiada—si lo reconoce como lo hice yo... aquí va a arder Troya...
Omar entra muy emocionado con Blas a un cuarto.
--¿este es el cuarto del capataz? ¿todos han dormido aquí?
Blas no entiende la pregunta:
--ahora arregla tus cosas y en un rato sal que veas lo que hay que hacer...
Omar mira a su alrededor:
--bueno... ya estás aquí... espero que sepas lo que haces... Si se descubre que has falsificado documentos... que no sabes nada de manejos de fincas... que sólo lo que he leído en estos días... Espero que me sirva.
Se tumba en la cama emocionado:
--¿aquí debió dormir él? Por las buenas no voy a averiguar nada... pues yo estaré aquí... algún día doña Elena tendrá que soltar la lengua...


Marcos está paseando cerca de la casa cuando se topa con alguien.
--epa... si siempre eres así deberían considerarte peligroso –le dice Omar muy dulce.
Marcos lo mira nervioso y excitado. Se asusta y se aparta violentamente.
--¿qué pasó? –Omar afectuoso.
--¡¡vete o llamo a la policía¡¡ --dice Marcos ruborizado.
Es violento para que no se note que le gusta.
--¡no es lo que parece¡¡
Marcos no se atreve a mirarlo a los ojos porque le deslumbra.
--Tu otra vez... ¿le viniste a pedir perdón a Doña Elena...? Ella es muy buena... ¿por qué la trataste así?
--es algo que no entenderías. Además eres muy niño para según qué cosas...
Marcos se enfada:
--¡¡yo ya soy un hombre... casi tengo 17 años¡¡¡Y aún no me ha dicho que hace aquí¡
--¡trabajo aquí¡ --dice sonriente.
Marcos está muy sorprendido. Le pone muy nervioso el hombre pero le gusta. Omar sonríe seductor, la inocente mirada del adolescente lo ha empezado a penetrar.

DIARIO DEL RICARD


12 noviembre
Hoy mi macizo me ha defraudado. Me he dado cuenta que estaba a mi lado despidiéndose del chico que estaba justo detrás de mí. Hay mucha cordialidad entre ellos.
--¡¡cuídate¡¡ --le ha dicho el otro y ¡¡hasta le ha tocado el culo y no creo que fuese accidental¡¡
¡¡que rabia¡¡ Me ha dado muchos celos verlos a ellos tan amistosos y lo que más rabia me ha hecho es que a mi no me ha dicho absolutamente nada. Me ha lastimado mucho y yo que vivía por él... Me he quedado muy triste y es que me siento tan solo... Por cierto no se ha sacado la cazadora en todo el rato...

13 noviembre
El macizo está cerca de mí con su ordenador. Lo veo bien. Lleva tejanos y una camiseta blanca. Cuando se cambia de ordenador vuelve al misma para arreglar aquello que hace. Se inclina un poco. Tiene el culo en pompa...¡qué gusto¡

14 noviembre
Yo llego tarde. Mi macizo ya está pero yo no me acerco. Él pasa delante de mí para ir a la impresora.
--ei, ei, ei –me dice medio sonriente.
Se le ve bien el culo. Me gusta como camina con el culo aplastado. Le sobra mucho pantalón. Me encanta. Lleva tejanos y manga corta. Se va a la una. Mientras se pone la cazadora pasa por mi lado y me dice:
--bueno compañero hasta la tarde –me dice sonriente.
Me gusta y me siento tan solo. Me gustaría mucho la compañía de un hombre. A veces siento que por él sería capaz de olvidarme de todo lo que pasó. Si él me apoyara me enfrentaría a todos. Les haría ver que no tiene nada de malo lo que siento y que lo que pasó no es culpa mía pero lo prometí... aunque si él diera el primer paso... por fin sería feliz...

Noche
Cambio de ordenador unos minutos antes de que se me apague y justo cuando voy a la máquina el macizo entra y va justo detrás de mí. ¡qué rabia no haber llegado unos segundos después¡¡¡
--¡ey hola¡ --me dice.
Tiene cara de frío y lleva las manos en los bolsillos.
--Déu (forma coloquial de saludo catalán) --me dice al despedirse.
Está lejos de donde me toca a mi pero de cara y lo veo bien. Me gusta verlo.. Por cierta una tia guarra se le ha acercado y hasta le ha dado dos besos... ¡¡menuda zorra¡¡¡

15 noviembre
El macizo pasa la tarjeta justo después que yo lo hiciera. No nos hemos visto. Así que como si nada vuelve y me acerco a él. Me sonríe muy simpático y me dice:
--no te cueles.
Yo me lo quedo mirando. Me gusta.
--¿te vas? ¿o vuelves a pasar? –me pregunta.
Yo idiota de mi me he entretenido dándole excusas de lo que hacía y se me ha olvidado que mi intención principal era estar con él cuando le saliera el ordenador en la pantalla para ver su nombre. ¡que rabia¡¡ cómo siempre va en manga corta. A la hora de la salida lo he visto con dos chicas pero creo que no se ha ido con ellas. Yo me he tenido que ir con mi prima. Lástima, con las ganas que tengo de volver a hablar con él como antes.

18 noviembre
He llegado a las 6 al ateneu. En mi primer cambio veo que está él. Está bien peinado, tiene el pelo mojado o engominado. No me gusta. Está más guapo despeinado. Desde nuestro sitio nos vemos perfectamente. Me saluda sonriente. Sobre las 8 se pone la cazadora. Me sonríe suavemente, me saluda con los ojos. Hace una expresión en la cara rara como si no supiera lo que hacer. Se pasa a saludar al chico que está delante de mí. Hablan un buen rato. Me da rabia pero bueno al menos se despide de mi. Me da rabia que no me hable pero también extraño la gran y única TROMPA. Hace años que mi cuerpo está solo y a pesar de mis miedo por lo que pasó él me reclama... me reclama una trompa como la de mi macizo.

19 noviembre
Cuando cambio de ordenador veo al macizo del instituto. Tiene el cabello mojado pero no está tan peinado como ayer, sobretodo por detrás. Me gusta más así. Nos vemos y me dice hola muy suavemente. Desde mi ordenador lo tengo bien controlado. Va varias veces a la impresora. Me gusta mirarle el culo cuando camina. Lleva tejanos. Él se está un buen rato en la impresora y yo paso por su lado para verle el culo de cerca. ¡me encanta¡ él pasa detrás de mi varias veces y tengo su culo a tocar de mi mano. No es que sea la gran cosa pero me gusta. A la hora de recoger apuro demasiado el tiempo y se me acaba escapando ¡¡que rabia¡¡



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