martes, 7 de septiembre de 2010

capítulo 13




Durante los días posteriores al beso, Omar le huye y Marcos siente vergüenza, cree que hizo mal al besarlo y por eso Omar se aleja de él cada vez que lo ve.. .
Omar está trabajando con el chino.
--le estás dando muy duro... dentro de poco ya no te voy a tener que ayudar... –Chino.
Omar trabaja para no pensar...
--pero tienes algún problema...? No te veo como antes... es cómo si llevaras una pena dentro.
--no de veras que no me pasa nada...
--tal vez será que extrañas a tu familia... ¿no tienes a nadie? Sabes... es extraño que un hombre así como tú no tenga novia...
Omar no se da cuenta de que las palabras del chino iban con segundas. En ese momento se acuerda de su novia que dejó en la ciudad.
--debe estar furiosa porque no he vuelto a dar señales –dice para sí—y hace mucho que desconecté el móvil.
Y es que aunque se siente un poco culpable porque se da cuenta que no actuó bien con Yazmine no puede evitar que toda su piel se estremezca al recordar su beso con Marcos.
--¿qué me está pasando, qué? –dice para sí.
Sofocado va a refrescarse un poco. No lleva camisa y el chino se excita al ver como el agua se desliza por el musculoso pecho del negro. Cansado y sin poder dejar de pensar en Marcos, Omar se sienta en el suelo. El chino se sienta a su lado. Le pone la mano sobre los hombros con afecto y le dice:
--no tienes porque matarte a trabajar... podemos descansar un poco si quieres... Nadie se va a enterar...
Omar se lo agradece.
--Yo nunca he tenido un amigo y me gustaría que confiaras en mi. Yo sé que algo te angustia.
--alguna vez te has enamorado de alguien que sabes que no puedes tener...?
--si –chino suspirando.
--Y que hiciste...?
--fastidiarme... disfrutar de lo que tenía...
--y si te queman las entrañas cada vez que ves... –no sabe que decir para no delatar que es gay—a esa persona?
--Y quién es? Me extraña que tú tengas penas de amor... ¿ella no te ama? Yo creí que los tipos como tú no tenían esos problemas...
--Los tipos como yo –dice con tristeza-- ¿y cómo soy yo?
--guapo, simpático... yo creo que eres el hombre que le gusta a cualquier chica...
--gracias por pensar así pero nada es fácil para nadie...
--pero ¡quien es ella? Porque aquí no puede estar... ¿por eso viniste aquí?
--mejor olvídalo... ¿tú tendrías algo con una persona menor?
--menor... ¿cómo menor?
--más joven...
--¿joven como de 18?
Para Omar está es la respuesta que esperaba y se siente culpable. Vuelven al trabajo.

Más tarde, doña Elena está tratando que Marcos coma.
--pero que te pasa, mi niño. ¿es que no te gusta lo que te preparé? Llevas unos días muy raro... ¿porque no le cuentas a este negra que tanto te quiere lo que te pasa...?
--usted no entiende lo que me pasa... Usted también piensa que yo soy un niño...
Ninguna de los dos se da cuenta que Omar estaba llegando a la casa y está escuchando la conversación. Doña Elena sonríe y acaricia el pelo del chico.
--ay mi niño... aún eres tan inocente... tan niño...
Molesto Marcos le dice:
--¡¡ya no soy un niño... soy un hombre¡¡¡Un hombre que ama a un hombre y que puede ser amado por él¡¡
--¡No digas eso ni en broma¡ --dice asustada-- ¿¿quién te metió esas ideas en la cabeza?
Omar se siente incómodo y se quiere ir pero tropieza con una maceta y es entonces cuando doña Elena lo ve. Marcos y él se quedan mirándose embobados y doña Elena se da cuenta. Sin dudarlo la cocinera bofetea a Omar mientras le dice:
--¿¿qué le has hecho a mi niño?¡¡¡yo te dije que no te acercaras a él¡¡¡¿por qué le has hecho este daño?
Omar mira a Marcos con pena. El adolescente se siente humillado y llorando dice.
--¡¡él no me hizo nada... fui yo... yo lo besé pero él me rechaza porque dice que soy un niño y supongo que él no es gay como yo y no lo dice por pena¡¡
Dicho esto se va corriendo. Omar lo quiere seguir pero doña Elena lo agarra del brazo y le dice:
--tú no vas a ningún lado... te dije que no te acercaras a él...
--lo siento... yo no lo quería lastimar... yo me enamoré de él...
--¡¡¡pero esto no puede ser... es un niño¡¡¡¿qué le has hecho a mi niño... a caso ya,...? –pregunta con horror.
--¡Eso no es su asunto yo lo amo a la buena...¡
--¡¡pues si de verás lo amas a la buena... vete, no le hagas más daño¡
Y luego murmura:
--otra vez no… otra vez no.
--¿decía? --pregunta Omar que no la ha escuchado bien.
Doña Elena está asustada como si temiera que ese amor pudiera ser peligroso.
--¡que se tiene que ir sino quiere que pase una tragedia¡
--tampoco sea exagerada. Ser gay no tiene nada de malo.
--¡usted no entiende¡ --muy nerviosa.
--¡si no me explica no puedo comprender¡
Pero doña Elena sólo llora y le pide que se vaya. Omar no se quiere ir y ya no es solo por su padre. Ahora se acoge a eso para poder quedarse para poder seguir viendo a Marcos aunque sea de lejos.
--lo siento pero yo vine aquí por un motivo y no me voy...
--¿¿¡cual motivo... destruirnos a todos?¡¡ahora mismo hablaré con la señora Bárbara para que lo despida¡¡¡
--¡¡de acuerdo... y yo diré delante de todos porque vine aquí¡¡
--¡entonces es usted un canalla que enamoró a mi niño para averiguar lo que pasó¡¡
--¡¡eso no es cierto¡¡¡
--¡¡si yo le digo lo que sé... ¿se irá?¡¡
Omar está seguro que no le dirá nada y ahora teme que lo diga para no tener que irse pero sin dudar dice:
--si.
--¡¡entonces sí me está haciendo chantaje... me está diciendo que enamorará a mi niño si yo no le digo lo que pasó con su padre¡¡
--¡¡¡no cambie mis palabras... Marcos no tiene nada que ver con esto¡¡¡
--¡¡pero usted me ha dicho que si le digo lo que sé si irá... que no le importará el sufrimiento de mi niño¡¡¡
Omar se lleva las manos a la cabeza desesperado:
---¡¡usted me está volviendo loco¡¡
Seguidamente se va. Doña Elena enciende una vela.
--que este chico entre en razón y que se vaya... que no le haga nada a mi niño... yo juré que nunca diría lo que pasó... y no lo haré... no lo haré... moriré antes de hablar...
Omar sale de la cocina muy alterado. Marcos lo observa de lejos con ganas de acercarse a él pero no se atreve. Marcos no le dice nada y se queda llorando. Omar se encierra en su cuarto. Piensa en su padre, piensa en Marcos.
--¡¡me van a volver loco, me van a volver loco¡¡
Marcos ha borrado su deseo de querer saber lo que pasó con su padre, ahora sólo piensa en él y aunque por la diferencia de edad está seguro que todo entre ellos es imposible no puede dejar de pensar en él.

DIARIO DEL RICARD

2 diciembre
hoy he tenido un día pesado. Ya había olvidado lo que era tener que relacionarme con la gente y no me gusta. Sólo me apetece estar con él, con Francisco. Por suerte su compañía me ha salvado, me ha ayuda a no hundirme y seguir adelante. Yo ya llevo una hora en el Ateneu cuando éste hace su entrada. Lleva un jersey rojo, está muy guapo. Está lejos de mi pero lo veo bien. Lo tengo controlado y lo puedo seguir cuando va al lavabo. Llego a tiempo de ver como si se la saca. Se la veo entera: ¡¡pedazo de trompa¡¡¡ y eso que está dormida... cuando despierte debe ser de terror... Se la saca doblada por la mitad y es que no me extraña que no le quepa entera... ¡¡es monstruosamente bella¡ Es él el que empieza a hablar.
--tu tienes dirección de e-mail de aquí ¿no?
--de aquí no, prefiero usar de otros... de la que me guste la extensión.
--si quieres me puedes mandar mensajes.
Me toma de sorpresa pero me hace ilusión. En seguida él dice:
--es igual.... lo digo como me dijiste que no sabías vaciar el mail... usarlo sí... no?...
--lo que pasa es que luego si se te llena el de aquí tienes problemas, no te dejan entrar... yo por eso el de aquí prefiero no usarlo...
--es verdad... mejor no usarlo.
Ahora se hace atrás pero yo le insisto y es que me gusta su propuesta.
--no, si es igual... es una tontería.
A mi lado solo está un momento y la maravilla solo se la veo cuando se la saca. Yo tardo más en acabar. Luego voy con él que se lava las manos y vuelvo con lo del mail.
--luego te la doy, como te quedas hasta más tarde.
Salimos juntos, yo estoy feliz por habérsela visto, por estar con él, por lo que me ha dicho del mail. Se ve que yo hablo demasiado alto porque muy fraternal me dice que baje la voz. Nos despedimos cuando está delante de su ordenador. Me decepciona que no me dé su mail. Aunque no sé para que lo quiero sería como un síntoma de amistad que nadie ha tenido conmigo... me parece muy amistoso me gusta. A la hora de la salida voy descaradamente hacia él y le digo que no me ha dado su mail.
--te lo iba a dar pero te has ido y digo pues bueno...
No tiene porque mentirme pero eso me extraña. Él me lo repite.
--si me he levantado para dártelo pero te has levantado y has ido al lavabo y digo pues ya se lo daré (no le digo nada pero a mi me sorprende mucho ya que lo tenía muy controlado y no he visto que se levantara pero en fin, para qué me iba a mentir si nadie le había dicho que me diera el mail) y luego en la calle he pensando que a lo mejor nos ven que nos pasamos algo y... ya sabes que está prohibido hacer chat... y como eso es más o menos lo mismo... Además como ya nos vemos aquí... un día me abro una cuenta en otro sitio y te la doy...
Y la cosa acaba así... me gustaría tener una manera de contactar con él cuando no esté en el Ateneu pero vaya sin verlo tampoco es que tenga mucho caso... pero si me lo da será que me considera su amigo aunque sea un poco y me gustaría aunque no pienso insistir más.
Cada día me gusta más. Por compromiso no creo que lo haga, en todo caso por compasión pero no sé. Se porta demasiado bien conmigo Es tan atento. Tiene gestos conmigo que ningún otro chico a tenido. No sé si me gustaría tener una relación estable, me daría miedo después de lo que me pasó la primera vez pero sí me gustaría intimar más con él.

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