martes, 7 de septiembre de 2010

capítulo 22




Enloquecido por el dolor, Francisco trata de matar a Bárbara con sus propias manos. Con un hilo de voz, Bárbara dice:
--piensa en tu hijo... tu hijo...
Francisco la suelta, ella cae en el suelo jadeando por el tiempo que ha estado sin respirar. Como loco el hombre se dirige al teléfono.
--¿¿qué haces?¡
--¡¡voy a llamar a la policía¡¡¡¡te voy a acusar desecuestro¡¡irás a la cárcel¡¡
--Nadie te va a creer... no tienes pruebas...
--¡¡tengo tu confesión¡¡
--¡es tu palabra contra la mía¡¡
--¿¿qué es lo que quiere de mi?¿porque me hace esto?
--¡¡ya te lo he dicho... tú me robaste mi primera vez, pues yo te he robado a tu esposa¡¡
Francisco cae en el sofá llorando:
--¡¡estás loca... yo siento lo que le hice... no puedo cambiar el pasado...¡¡¡nadie secuestra por un abandono... deben haber pasado años¡¡
Bárbara se le acerca furiosa:
--¡¡¿no me recuerdas? ¡¡eso quiere decir que te acostaste con muchas¡¡¿qué le robaste su primera vez a otras con el mismo cuento?
--¡¡esto no lleva a ningún lado... devuélvame a mi familia y le juro que no la denuncio...¡¡
Bárbara lo agarra del cuello:
--¡¡dime..¡¡¿en el instituto¿¡¡te acostaste con muchas?¡¡¡¡
--¡¡si, sí¡¡¡yo no puedo cambiar mi pasado... pero mi esposa no tiene la culpa de nada¡¡ --desesperado.
Bárbara lo bofetea:
--tú te vas a quedar callado...tu hijo nacido antes de hora... sin nombre... sería tan fácil matarlo...
--¿que es lo que quieres?
--Ya te lo he dicho...
--quiero a mi hijo...
--Primero la boda...
--¿y cómo sé que vas a cumplir?
--No te queda de otra...
Francisco mira la foto de su esposa y dice:
--está bien... haré lo que usted diga... Pero quiero ver a mi hijo antes de la boda... aunque sea justo antes...
--Reconoceremos como hijo de los dos a ese bebito... por cierto... es un varón precioso –Francisco llora-- y tú me cederás su custodia...
--¿cómo?
--es mi garantía de que harás lo que yo quiera... En un año mi hijastro debe tener un hijo, tu amante será la madre... sino no hay trato... después si quieres se podrán ir con los bastarditos...
Destrozado, Francisco dice:
--haré lo que usted quiera... Aunque no sé si mi Bonita acceda…
--Accederá... tú no debes oponerte...
El guapo hombre está como muerto... Bárbara lo mira con deseo.

Días después...
Omar ha entrado en coma. Yazmine no se separa de su lado. Ricard sigue con su vida. Cada vez que entra en el lavabo del Ateneu piensa con tristeza en Francisco. En sus encuentros con él que hecha de menos. No ha vuelto a saber de su vida. No imagina el infierno que está viviendo...

En un taxi, Francisco está entrando en la propiedad de Bárbara. Su vista se centra en el lago.
--Es hermoso –piensa a pesar de su dolor.
Está muy nervioso. Mira la hora. Bonita lo espera. Vestida de novia. Demacrada, frágil. Sin entender nada de lo que pasa. La pareja sólo tiene unos segundos para abrazarse.
--¿qué es todo esto? –pregunta ella.
--perdón –llora él.
--¿y nuestro bebé?
--sólo espero que esa mujer cumpla y me deje ver a mi hijo... Francisquito ahora es hijo de ella, tenemos que hacer lo que ella diga... pero almenos nuestro hijo estará a nuestro lado... Confía en mí.
Bonita hace que sí con la cabeza. Es tan grande su dolor que no se da cuenta de lo mucho que tiene que dar a cambio: una boda, otro hijo.

Marcos está vestido de novio pero muy triste. Doña Elena está a su lado.
--esto es una locura... eres un niño... Vas a arruinar tu vida...
--¿y desde cuando los muertos tienen vida? --dice con amargura.
--ay mi niño... No me gusta verte así...
--Omar se burló de mi, se llevó mis ilusiones... ahora debe estar tan feliz con su esposa... ¡¡me mató y a mi ya todo me da igual¡¡
Marcos abraza a la cocinera y ambos lloran.

--Marcos, Marcos... --va repitiendo Omar en su inconsciencia.
Yazmine se alegra porque parece que se recupera pero se muere de rabia al ver que está pensando en su rival.

Blas discute con Bárbara.
--¡esto que has hecho es una locura¡ ¿quién es esa gente?
--¡eso no importa¡ ¡¡Esta noche violarás a la novia¡ ¡¡Quiero que tú seas el padre de ese hijo¡
Blas la mira asustado. Bárbara no acepta discusiones.



Blas entra en el cuarto de Marcos para llevarlo al altar. Le duele verlo tan triste.
--es el día de tu boda... deberías estar contento...
--usted sabe que no.
--pues no te cases...
--Nadie le puede llevar la contraria a doña Bárbara... nadie...
Como un alma en pena, Marcos se acerca a la capilla de la finca. Ahí está ya Francisco muy nervioso con un invitado más. Bárbara entra con un bebé y el hombre llora.
--¡¡mi hijo... es mi hijo¡¡ --murmura.
Francisco toma a su bebe en brazos, lo besa y llora. Siente que cualquier sacrificio por él merece la pena. No está arrepentido de lo lejos que ha llegado y está decidido llegar hasta el final. Sonríe por primera vez en los últimos días al ver la carita de su hijo. Reconoce en él rasgos de su mujer y suyos lo que lo llena de orgullo.
--Es hijo de los dos según la ley pero yo tengo su custodia, todos los derechos... tienes que hacer todo lo que yo diga... --Bárbara.
La mirada de su hijo mitiga su dolor:
--ya te he dicho que haré lo que tú quieras. Bonita también.
--recuerda... no digas nada que es tu hijo... di que es tu sobrino..
--pero estará conmigo... Aunque nadie sepa que es mi hijo tendrá trato como tal...
--sin problemas...
Bárbara toma al bebé que en seguida rompe a llorar. Francisco lo mira con angustia. Le jura que hará lo que sea para que nunca los separen. En seguida Bárbara, feliz, deja el bebé en manos de Francisco y se pone al lado de Blas. Marcos y Bonita se muestran duros, el uno odia al otro porque siente que el otro sí está de acuerdo en esa boda. No muestran más que rencor y él le da un frío beso a la novia cuando ya es su esposa. Bárbara se les acerca y permite que a la triste novia tome a su bebé mientras le susurra:
--espero que esta noche seas más dulce con tu esposo, no tienes mucho tiempo antes de embarazarte...
Francisco y Marcos se intercambian miradas de rabia. A Marcos le sorprende que ese hombre que lo mira feo, que cree malo sea en cambio tan tierno con el pequeño al que no deja de sonreír y besar.


Es de noche, Bonita está sobre la cama. Espera la consumación de su matrimonio como un bloque de hielo. Blas entra en el dormitorio de Francisco. Ninguno de los dos sabe qué esperar del otro.
--¿Bonita es tu novia?¿porqué has permitido esto?
Francisco está enloquecido del dolor.
--¡no te burles de mí¡
Blas se da cuenta que el hombre es una víctima de Bárbara y prefiere no investigar más.
--Me ha pedido que la viole y la embarace.
Francisco no entiende nada:
--¿y ese chico?
--Es gay.
--¡Ahora entiendo todo¡
Francisco siente un gran odio hacia Marcos ya que cree que todo es cosa suya en complicidad con Bárbara.
--No hay tiempo que perder. Bárbara no debe saber nada --Blas.
Francisco se mete en la habitación de su chica por la ventana. Blas entra por la puerta. Se queda en el baño mientras Francisco y Bonita hacen el amor entre lágrimas y sin mediar palabras. Cada vez que él intenta hablar con ella, la mujer le corta.
--¡si le pasa algo a nuestro hijo juro que te mato¡ --dice ella en pleno coito.
--bonita yo –jadea él.
--¡que te calles, después de esto no te quiero volver a ver¡
Después del desahogo, Francisco se levanta de la cama a medio vestir. Ve a su mujer humillada, Bonita se siente igual como si la hubieran violado. Francisco llora. Bonita se le enfrenta.
--¡deja ese llanto que no te queda nada...¡¡tú te lo buscaste ahora no te hagas la víctima¡¡
La triste y rota mirada de ella se le clava en el alma de él.
--perdón, mil veces perdón. Esto no es culpa mía.
Pero bonita rechaza al guapo Francisco, no se deja conmover. Con dureza ella dice:
--¡¡Yo ya he cumplido y seguiré cumpliendo contigo o con quien sea hasta que me quede embarazada pero no pienso estar más contigo...¡¡
Francisco se acerca a la puerta. Bonita, que lleva aún el vestido de novia aunque roto, se mueve y no dice nada. Francisco la mira lleno de dolor:
--bonita…
Pero ella le escupe en la cara. Blas sale del baño.
--Es mejor que vayas y por la ventana. Nadie debe verte. Yo te aviso para el próximo encuentro.
Francisco sale por la ventana, busca la mirada de su bonita pero ésta sólo llora y no lo mira.








Francisco está dolido y le quiere hacer pagar a Marcos por su dolor. Marcos se asusta al ver entrar a Francisco en su dormitorio hecho un loco.
--¡ya sé porqué haces todo esto, maricón de mierda¡
Marcos lo mira incrédulo ya que supone que Francisco está de acuerdo en todo.
--No sé de qué me habla.
La mirada de inocencia de Marcos llena aún de furia a Francisco y empieza a golpearlo.
--¡debería matarte, maricón¡ ¡los tipos como tú deberían estar muerto¡
Marcos se siente herido de muerte:
--¡pues me haría un favor¡
Francisco lo agarra del cuello.
--¿¿¡qué quieres de mí? ¡¡basura¡
Francisco le quiere hacer a Marcos lo mismo que querían hacerle a su bonita. Empieza a golpear a Marcos dejándolo semi inconsciente . Lo tumba en la cama culo arriba y le desgarra la ropa. Lo hace suyo como una bestia salvaje. El pene de Francisco se clava en el trasero de Marcos como si fuera un puñal y Marcos lo siente de esa manera. Grita, suplica. Se retuerce de dolor.
--¡no, no…así no¡
Francisco se la mete todo, es muy violento. Disfruta viendo como no sólo no goza sino qué sufra y mucho. Además no deja de golpearlo con los puños:
--¿¿y cómo querías que fueras, maricón¡ ¡¡así aprenderás a ser hombre¡
Francisco le está haciendo pagar la supuesta violación a la que iban a someter a su bonita. Aunque en el fondo le duele el llanto de Marcos siente que él es responsable de su dolor y se lo hace pagar.
Bárbara los escucha tras la puerta. Está muy excitada. Desearía ser ella la que estuviera en los brazos de Francisco.
--¿qué es lo que haces? --le pregunta Blas sorprendido.
Al verse descubierta, Bárbara se lo lleva a su dormitorio. Hacen el amor.

Marcos muerde la almohada. La sábana está manchada de sangre por la brutalidad de Francisco. Francisco se levanta y se sube los pantalones. Marcos sufre una fuerte impresión al creer que Omar abusó de él , que su primera vez no fue cómo soñó y esa segunda vez que sí recuerda es una pesadilla. Está muerto en vida.
--debiste matarme –dice Marcos con un hilo de voz.
Francisco empieza a compadecerse de su dolor. Se acerca a Marcos pero el joven no le permite que lo toque y llorando dice:
--¡¡fuera¡¡¡fuera¡¡
Marcos está lleno de dolor. Casi no puede ni moverse. Está roto de dolor. Francisco lo mira molesto y se va. Marcos se hunde.

Abatido por todo lo que ha pasado, Francisco se refugia en la habitación de su hijo. Allí es toda ternura. Olvida todo lo feo que le ha pasado. Se queda a pasar la noche con él. Marcos no hace más que llorar y llorar. Mientras Omar despierta del coma.



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