martes, 7 de septiembre de 2010

capítulo 3




Marcos está leyendo en la sala pero Bárbara lo echa de muy malos modos porque se quiere quedar a solas con Blas. El adolescente se va triste a la cocina. Bárbara abraza a su amante.
--no deberías tratar tan mal a Marcos...
--no me hables de ese niño y disfruta del momento...
Blas la besa.
--¿y esto? Como siempre nos ocultamos...
--para que veas...
él la quiere volver a besar pero ella lo rechaza:
--no, ya te di gusto... el resto esta noche...
--está bien... y volviendo a Marcos...
--¡no me hables de ese niño estúpido, que no lo soporto¡¡
--deberías tratarlo bien por el abuelo... ¿y si él regresa y Marquitos le dice que no lo tratas bien?
--si no ha regresado en años no lo hará... seguro que se morirá.
--y la herencia se repartirá en tres partes?¡
--¡¡por supuesto que no¡¡¡¡él estuvo de acuerdo en que al degenerado se lo llevase la tía, la hermana de su madre... otra pobretona¡¡
--¡pero tal vez le mande una pensión, no sé... algo¡¡¿cómo sabes que lo desheredó también?
--¡¡nada... a eso nada¡¡ya me pusiste de mal humor¡¡a eso en esta casa ni se lo nombra¡¡
--bueno pero Marcos si heredará a su abuelo... deberías quedar bien con él...
--en todo caso mi hija también... ya veré lo que hago para quedarme con esa herencia...
--No dudo que lo harás. Eres perversa... si a tus 17 años le sacaste toda la herencia al primogénito de tu marido... a su heredero... pues ahora...
Blas mira la foto de la boda con cierta rabia.
--no vuelvas con eso de la foto... ya sabes que no las puedo sacar por mi hija, para guardar las apariencias...
--a tus 17 años eras bella... tan bella como perversa... igual que ahora...
--tú no sabes lo que pasó...
--sé que eras una niña muy lista que con 17 años se casó con un hombre muy rico que podía ser tu padre... supongo que al menos serías virgen y pura... por eso te haría su esposa...
Por la cara de ella ve que no. Él se ríe.
--¡¡el viejo no fue el primero... tienes razón... era un imbécil...¡¡
--no quiero hablar de eso... cambiemos de tema... –dice molesta.
--no si tu cara lo dice todo... pero bueno... como lo atrapaste con un hijo... porque obvio que el embarazo fue a cosa hecha... lástima que a mi no me quieras atrapar con un hijo... me gustaría ser papá...
Bárbara no lo está escuchando, su cara está llena de rabia.
--claro que no fue el primero ese maldito viejo baboso –dice para sí--- yo jamás lo hubiera permitido.... mi primera vez no fue por dinero... fue por amor... ¡¡él si era un hombre que... pero maldito¡¡¡¡el dinero es lo único que vale... él se rió de mi... todo fue un juego... yo no te prometí nada... me dijo después.... Pero me vengué... tal vez no le importe... pero le separé de su hija... él nunca supo que tuve una hija suya... una hija que el imbécil de mi marido creyó que era suya... si supiera que la niña a la que le doy todo cuanto Marcos no tiene nada no es nada suyo... pero es que así salió Ricard... imbécil como su padre...
A pesar de parecer fría de sentimientos, Bárbara tiembla al recordar a ese primer hombre en su vida.
--¿pensarás en mi?–va diciendo solo para ella-- Se supone que yo fui la primera para ti aunque a lo mejor en eso también me mentiste. ¿te acordarás de esta mujer que te dio su primera vez...? ¡¡Ni imagina quien estuvo detrás de esa golpiza que le dieron meses atrás¡¡te odio¡¡¡pero ni creas que con eso me cobré¡¡¡Aún no sé cómo pero eso no se quedará así¡¡ ¡pronto la vida te pondrá de nuevo en mi camino para hacerte pagar todo el daño que me hiciste... aunque pensándolo bien... me hizo un favor... gracias a él mi primera vez fue hermosa y sí me hubiera quedado a su lado seguro habría tenido una vida de miserable como la que debe llevar ahora el tal Ricard.. en cambio yo ahora soy una señora... me metí en la cama del jefe de mi padre para vengarme de ese maldito y ahora soy una señora... una señora a la que nadie le hará daño...
Blas la mira intrigado:
--¿en qué piensas?
--en nada... –ella triste.
--¡no pensarás en algún antiguo amor¡¡¿en quién? –dice celoso.
Bárbara se molesta y lo bofetea y se va corriendo. Él está furioso pero no la va a buscar.
--¡ya vendrá ella... no le pienso ir detrás¡ --dice encerrándose en el despacho.

DIARIO DEL RICARD
8-octubre:
Hoy he podido gozar nuevamente de la octava maravilla del mundo. He contemplado una bellísima estampa que me hubiera gustado inmortalizar. He vuelto a verle la trompa al chico ese del instituto. Es preciosa y enorme (como mínimo cinco veces más que la mía) y bien oscura... que ganas... de bueno...
Hoy sólo le veíe la parta final que iba acompañada de una buena selva. De la bragueta se le salían un montón de pelos muy largos... ¡¡cómo me pongo... no sé cómo no he reventado¡¡ Sí se la he visto bien cuando se la ha sacudido. Es la cosa más impresionantemente bella del mundo. Nunca había visto nada igual. Él me gusta y además que con ese armamento... Por un tipo así daría lo que fuera... y por una noche... y por cinco minutos de tener su trompa para mi y poder hacerle cositas ricas.... De hecho solo con verlo desnudo bien ya sería feliz. Sería increíble pero ya sé que mi tiempo pasó. Nada de eso pasará. Al menos espero poder siguiendo compartiendo con él momentos como este.
Todo pasó sobre las siete, en mi último cambio de ordenador, he coincidido detrás de él. Lo he saludado un poco inseguro.
--¡ey, hola¡ --me ha dicho él sonriendo.
Cuando ya estaba sentado para sorpresa mía me pregunta:
--¿te has cambiado, no?
Yo hago que sí con la cabeza muy nervioso.
--¿cuántos cambios llevas?
--este es el tercero...
--ostia...
Va sin afeitar y me encanta.
Y una sorpresa, yo que no lo tragaba en el instituto porque no hablaba catalán ni que lo mataran, he oído que hablaba con uno de los empleados muy bien y en catalán. Se ve que tenía un problema.
--le has dado la tarjeta al compañero? –le dice el empleado.
--no, tampoco me la ha pedido –se justifica (me encanta)
Y ha llegado el momento estrella. El que yo tanto ha disfrutado y deseaba que se repitiera. Ha ido al lavabo y yo detrás suyo. Ha estado genial. Se le veía muy bien la trompa y muchos pelos cosa que me encanta. Nada más meterme a su lado me ha dicho algo pero yo no me he enterado ya que estaba impaciente para contemplar el bello espectáculo.
Y lo que pasa es que como yo hablaba y por lo tanto no podía estar todo el rato mirándosela ya que le tenía que mirar la cara. No se ha enjabonado las manos pero sí se las ha lavado y secado. Yo no me las he lavado pero sí me que quedado a su lado. Seguimos hablando.
--si que llevas horas eh?
Yo voy haciendo que sí con la cabeza aún fascinado por el momento que acabo de vivir.
--tu eres de los veteranos... te debes conocer todas las páginas ¿y qué miras? Si se puede saber...
--telenovelas.
--¿y escribes?
--a veces, ahora no. Me refiero a las de la tele.
--¿ah telenovelas? Había entendido novelas...
--también escribo pero no ahora...
--¿y has mandado algo?
--pues no...
--pruébalo...
--es que no me interesa... cuando escribo es porque lo siento no para compartirlo...
--te emocionas...
--pues si, así puedes vivir muchas cosas, muchas vidas...
--lo importante es que tengas creatividad.
Vamos caminando por el pasillo. Sonríe mucho y me gusta.
--yo hacía días que no venía y es que me tenía que desenganchar o me va a pasar como a ti...
--pero como tampoco tengo otra cosa que hacer...
--yo tampoco y luego en casa te agobias...
Llegamos a nuestros sitios. Luego, a la hora de la salida, yo voy haciendo el distraído para marchar exactamente con él.
--¿te vas, compañero? –me dice.
Hemos marchado los dos juntos. Vamos hablando, él siempre muy sonriente.
--tú que llevas tantas horas –me dice él—debes estar cansado.
Yo estaba encantado por habérsela visto pero claro, eso no se lo he dicho.
--yo estoy aquí como en mi casa, me lo llevo todo por si acaso –le digo mostrando la gran bolsa que siempre me acompaña.
--si claro luego si te dejas algo... aunque yo vivo cerca...
--yo principalmente llevo una carpeta con las direcciones que consulto...
--Yo las direcciones las tengo en un cd (ha sido más específico pero yo no lo he entendido)
--¿en casa como escribes?... me has dicho que escribías –me dice él—Escribes a máquina (hace gestos de escribir a máquina) o a ordenador... o a mano...?
--a ordenador desde luego no...
--es verdad, que no tienes ordenador... Si quieres te lo explico (lo del cd ese) o ¿prefieres seguir a mano?
--yo es que imprimo cada página que consulto y así ya tengo la dirección.
--estamos acostumbrados a que el ordenador te lo hace todo pero luego se estropea o se va la luz y te quedas... así lo tienes en papel.
A menudo va sonriendo y asintiendo con la cabeza con un comentario mío.
Hemos subido por la riera (Calle principal de la ciudad) un poco más que el otro día. El caminaba a poco a poco, creo que le sabia mal cortarme. Finalmente se ha parado, hemos seguido hablando un poco más hasta que ya me dice muy simpático:
--bueno, ya nos iremos viendo.
Es mono y me gusta. Paso muy buen rato con él.

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