martes, 7 de septiembre de 2010

capitulo 1



En un sencillo apartamento una pareja de raza negra acaba de hacer furiosamente el amor. Él, un apuesto joven de 29 años llamado Omar tiene como siempre la mirada perdida. A pesar de su gozo ahora se siente vacío. Su novia, Yazmine, reposa feliz sobre su pecho. Ella está entusiasmada y él no tiene valor de hacerle saber sus dudas.
--nunca un hombre me había hecho sentir tan feliz... yo que tenía miedo... porque no soy una vieja... pero te llevo unos años y tú eres tan guapo... creí que no llegaríamos a nada serio... en cambio... soy tan feliz... no solo que nunca había disfrutado tanto de mi vida sexual como contigo sino qué... el amor es tan maravilloso... ¿a ti te pasa lo mismo verdad...?
Omar no la escucha. Sabe que él tiene la culpa de todo. Él la metió en su vida.
--ahora no la puedo echar... claro que yo no la invité a quedarse en mi casa –va pensando—pero ella ha sido mi compañera en los últimos años... No la puede echar como si fuera un mueble viejo... No se lo merece... además ella está tan enamorada... Yo nunca le prometí nada, yo pensé que era amor todo fue atracción... pero ahora... ahora ya es tarde y tengo que asumir mis consecuencias... Me tendré que resignar a no saber nunca lo que es el amor...
Uno de los motivos que ha hecho que su relación sea vacía es la incapacidad de la mujer a escuchar, ella habla y habla y no percibe los sentimientos de su pareja. Ni lo deja hablar.
--mi madre siempre soñó con que saliera de su casa vestida de novia y yo nunca le hubiera querido dar ese disgusto pero te amo tanto... nunca pensé que viviría con un hombre sin estar casada pero es que nunca soñé con que me encontraría a un príncipe como tú... No has sido el primero pero eso mi madre no lo sabe y bueno ojos que no ven... le duele mucho que viva contigo aunque no pierde la esperanza de que nos casemos y bueno... tiempo al tiempo...
Omar tiene pavor a la palabra matrimonio, se levanta de golpe y se empieza a vestir.
--¿y ahora? Que te pasó? Tienes hambre... ¿ te preparo algo?
Él se pone los calzoncillos y dice:
--que algo quede claro... yo no me quiero casar... creí que lo sabías...
--bueno sí... algún día,...
--¡nunca¡ --sentencia él.
Omar se encierra en el baño dejando a la mujer confundida pero en seguida se le pasa.
--es que así son todos los hombres... pero pronto me lo pedirá él mismo... todos los hombres se niegan a casarse y luego se ponen el lazo felices...
Mientras la mujer ríe pensando que todo es bonito a su alrededor. Omar se siente agobiado y se da una ducha.
--¿el amor? ¿será esto el amor? Si esto es el amor... no... claro que no quiero casarme. No es esto lo que quiero para el resto de mi vida...
No puede evitar estremecerse cuando se le viene en mente la imagen de él con otro hombre haciendo el amor. Siente deseo y frustración:
--para él sólo fui un juego.

(colaboración especial de Alexandre Pires)



En una bonita finca catalana, a los pies de un lago que embellece aún más la propiedad, una pareja de poco más de 30 años acaba de hacer el amor. Están en el suelo del desván.
--ya me estoy cansado de tener que vernos así –le dice él.
--¿no te parece más romántico?
--tú eres la dueña de todo y la casa es preciosa... no me parece que nos tengamos que ver en este cuarto tan horrible...
--mi hija no lo entenderían...
--tal vez no entienda que su madre tenga un amante... pero un padre...? si nos casáramos... Las dos me conocen de toda la vida... no recuerda a su padre...
--tu sabes que eso lo prohíbe el testamento del imbécil de mi marido... me quiso amargar hasta después de muerto...
--si pero es que ya estoy harto de tener que trabajar cuando puedo vivir como el dueño de todo y no como un simple peón...
La mujer, Bárbara, se le ríe:
--Blasito, mi amor, si no pegas ni golpe...
--eso no es cierto... soy tu administrador... –dice divertido.
--pero administrarás mi cuerpo porque otra cosa no haces y vives en esta casa a cuerpo de rey... no te puedes quejar.
--le sacaste el dinero al rarito de tu hijastro, te lo quedaste todo tú... ¿no podrías hacer alguna trampa para que no pudiéramos casar...?
--Yo no hice nada... Ricard lo perdió todo por degenerado... aquello ocurrió antes de que yo me casara... si mi marido lo desheredó pues no fue culpa mía...
--bueno algo tuviste que ver... es lo que se dice...
--tú no sabes nada...
--no si a mi me parece perfecto...
--yo a ese degenerado le di lo que buscaba... ni más ni menos...
Los dos se ríen y siguen a lo suyo.


*centro de Internet "Ateneu"
Ricard Alsius i Muntaner, es un hombre homosexual de 29 años solo y amargado que vive con sus tías y sus primas. Se pasa el día escribiendo en un centro gratuito de internet (Ateneu). Ahí pasa el día. Su mejor amigos es su diario a quien le cuenta todas sus vivencias:

DIARIO DEL RICARD
27 de agosto de 2002:
Mi retorno después de unas largas vacaciones al Ateneu ha comenzado de una manera increíble. He ido al lavabo y a mi lado se ha puesto un tío macizo impresionante. Lo conozco del instituto pero ahora lleva el cabello un poco más largo y está guapísimo. Me ha dicho hola y le he visto la trompa cuando se la sacaba. ¡¡me he puesto a 100¡ Lástima que no se la haya visto más. En el instituto si tenía esta manía pero ya se me había pasado un poco y hace mucho que no miraba, estaba vez ha sido casi accidental. Le ve he visto también los calzoncillos pero no el ansiado aparato.

27 de septiembre de 2002:
Hoy ha estado un gran día, el mejor en muchos años. Tantos que ni me acuerdo cuando fue la última vez que me sentí así. Y es que no solo he visto una trompa preciosa, y es que es la más grande que he visto en mi vida (nunca había visto algo tan grande), sino que por primera vez en siglos he hablado con un tío bueno macizo. Y es que ha sido colosal. Y después para que digan que no me relaciono con la gente y de hecho es que ni yo mismo me reconozco y eso que de hecho no nos conocemos pero le he hablado como si fuéramos tan amigos. Me ha encantado.
Sobre las seis de la tarde yo estaba haciendo el cambio de ordenador cuando ha llegado mi macizo, el chico viejo conocido del instituto al que ya semanas atrás le había visto la punta de su trompaza. Pero es que la punta de la trompa ya era bastante grande y ya me conformé pero no creía que se alargara tanto, que aquello siguiera y mucho. Quien me iba a decir que escondiera todo aquello tan hermoso. Es que verlo desnudo debe ser como para morirse de gusto. Pero vayamos paso a paso.
Llevaba tejanos e iba sin afeitar de varios días. Está guapísimo. Mueve los ojos, la cara como diciendo hostia cuando el encargado le dice que no toquen el lector de entrada porque no funciona. Pasa por mi lado, me miro. Yo lo saludo.
--ey –me dice muy simpático.
Entra y lo pierdo de vista. Lo veo yendo al lavabo y yo, a pesar que acababa de ir, pues no dudo en seguirlo y vuelvo a ir. Él iba muy apurado y hasta se toca los pantalones como si ya no aguantara bien. Yo me pongo a su lado. Tiene la trompa agarrada con las dos manos y no se la veo pero si la veo cuando se la mueve para sacar la última gota y cuando se la mete. Ha estado tan solo unos segundos pero se la he visto perfectamente y la visión ha estado increíble. Es la mejor trompa que he visto en mi vida. Y para que luego digan de los negros. Es muy larga y gorda. ¡perfecta¡ Debe ser un sueño verlo totalmente desnudo. Le veo la goma de los calzoncillos que son blancos. Mientras yo gozo del espectáculo él me saluda y para sorpresa mía me habla.
--¿tú ibas al instituto Damià Campeny, no?
Yo hago que sí con la cabeza muy nervioso.
--es que tu cara me sonaba pero con barba... y pensaba... a ver si un día de estos que lo veo se le pregunto.
--si bueno... es normal que no me hayas conocido... tú estás igual... no como yo...
Y es que yo estaba tan nervioso y se ve que no me ha entendido. Ha puesto cara de decir ¿y este que me dice? Y me ha mirado raro. La falta de costumbre. Ya me vale. La primera cosa que le digo y no me entiende. Se lo repito.
--todos cambiamos lo nuestro –me dice.
En eso que se va y se acerca a lavarse las manos. Yo creía que ya se había acabado nuestra conversación pero para alegría mía no. En realidad empezaba.
--¿y que tal? Tú vienes mucho por aquí no?
Yo le digo que sí.
--es que cuando vengo por la mañana, te veo, si vengo por la tarde también...
--si bueno... es que estoy todo el día.
Él hace gestos con la cara muy simpático y ríe.
--¿no trabajas? –me pregunta.
--pues no.
--Yo tampoco –dice sonriendo.
Él se lava las manos a conciencia y yo también, aunque nunca lo hago, para tener excusa de seguir con él un poco más. Se queda por unos segundos delante de mí sin hacer mío. Luego mira al aparato de secar las manos y dice:
--ui espera que me voy a secar...
Me gusta y no lo disimulo. Me quedo a su lado en todo momento sin preocuparme de nada.
--el fin de semana como no puedo venir tengo el mono... –le digo.
Él se ríe.
--¿no tienes ordenador en casa?
--no.
--aquí se está bien...
--Ni que lo digas... lástima que no me pueda conectar más...
--Y porque no te puedes conectar por la noche ¿eh? Sino también.
--pues sí, aunque bueno así me controlo...
--en casa no te controlarías, estarías todo el día... –va diciendo divertido.
--aquí estoy 7 horas cada día.
Sopla sorprendido pero luego dice:
--mejor aquí que quedarte apalancado en el sofá.
Salimos juntos y vamos hacia los ordenadores.
--a veces –le explico yo—el sábado no puedo más y me voy a un bar para estar una hora pero acabo estando toda la mañana.
--totalmente enganchado –dice él divertido—mejor esto que no a otra cosa.
Y yo que lo había perdido de vista y estaba en el ordenador de detrás del mío. Cada uno va a la suya pero a menudo yo me giro y lo miro suspirando. Es tan guapo. No dejo de estar pendiente de él. Va dos veces a la impresora. Lo veo de cara tocándose la barriga por debajo de la camiseta cosa que me pone bastante cachondo... Me gusta verle la barriguita... Además le veo el bultazo del paquete... ¡¡como me pongo¡
Una chica se le acerca y está con él todo el rato (¡que rabia¡) Están juntos cuando yo ya me voy porque es la hora de cerrar. Oigo como el hombre lo avisa que ya es la hora de cerrar. Y para sorpresa mía él le da las gracias en catalán (me caía mal en el instituto porque nunca habla el catalán). Me hubiera gustado salir con él pero se ha quedado más rato de la cuenta. Pero me he despedido de él. Como si fuéramos tan amigos le he tocado el hombro cosa que no recuerdo haber hecho nunca. Me mira mientras se despide de mi con un dulce: “deu” (forma de despedida catalana)
Francamente hay días que yo ni me reconozco. HA estado la típica conversa de lavabo entre hombres que yo no vivía desde el instituto ya hace demasiado. Ya añoraba estos tipos de encuentros pero claro esto ni en mis mejores tiempos, no pasaba de un par de palabras. Yo he estado de un espabilado. Y ahora estoy de un excitado. A ver si me calmo.


(el macizo que le atrae a Ricard)

1 comentario:

  1. Me acuerdo que nos mostraste esa foto en el centro de Internet... incluso, cuando escribí el artículo sobre "Foronovelas Magazine", pensé en colocar esa foto, pero, no la encontraba y no quería pedirtela.

    Ricard me suena familiar... Joven escritor homosexual que vive con sus tías y pasa su vida en un salón de Internet... ¿Quién será?

    Saludos,

    Renzo

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