martes, 7 de septiembre de 2010

capítulo 24





Francisco se despierta desnudo en la cama de Bárbara y con un terrible dolor de cabeza. Está algo aturdido.
--oh no... --dice al ver que ha pasado la noche con Bárbara.
Ella es muy pícara.
--A pesar que te caías de borracho me has cumplido muy bien como hombre y te voy a decir lo que quieres... Rosalinda, la hija que supuestamente tuve con mi marido, es en realidad tu hija. Me casé embarazada de ti.
Francisco no reacciona por la noticia. El que se ha quedado sin habla es Blas que acababa de entrar en la habitación y no sólo ha oído la confesión de la mujer sino que se queda de piedra al ver que están desnudos.
--¿¿que significa esto? --pregunta Blas.
--¿y este tipo que hace aquí? ¡¡¿y a ti que te importa? --le dice Francisco.
Blas está como loco y desea golpearlo pero Francisco no entra en sus provocaciones.
--¡¡usted es un cerdo... se acuesta con Bárbara y con la Bonita¡¡ --Blas.
--¿¿eso es verdad? –Bárbara furiosa.
Francisco sale desnudo de la cama y se enfrenta a Blas:
-- ¡¡usted no es nadie para hablarnos así... ¡¡¡
--si claro nadie... --dice él lloroso-- ahora lo entiendo todo.
Bárbara abraza feliz a su amante y dice a Blas:
--¡estás despedido... no te quiero volver a ver más¡¡
Dolido Blas le dice:
--tranquila, que me voy de esta casa ahora mismo... soy yo el que no te quiero volver a ver...
Blas cierra la puerta. Una lágrima cae por su mejilla. Se la seca. No quiere llorar. Furioso empaqueta sus cosas.

Mientras se viste, Francisco dice:
--¿quien es ese tipo? ¿te acuestas con él?
--no estés celoso... yo te quiero a ti... --dice abrazándolo.
él se la saca de encima:
--a mi no me importa lo que hagas...
--Pues deberías... tenemos una hija... bueno dos hijos...somos una familia...
--¿donde está mi hija?
Ella lo mira coqueta y le dice:
--está en un internado... te diré donde está exactamente si te acuestas conmigo todas las noches... eso sí no debes descuidar a Bonita ella debe quedar embarazada... Si es tu hijo mejor…
Bárbara sonríe:
--así cuando la mate tú te quedarás a mi lado –dice para sí.
--ella no quiere que la toque... Me odia –dice él abatido.
--es una tonta ... le daremos un mes... con lo macho que eres no dudo que ya la preñaste...
Ella lo quiere besar pero él la rechaza:
--¡mi hija, quiero a mi hija en esta casa¡¡Estoy dispuesto a ser tu amante pero quiero que mi hija sepa que soy su padre¡
--nuestra niña volverá a esta casa pero no sabrá la verdad, no hasta que tú bonita tenga al hijo de Marcos.
--de acuerdo...
Bárbara lo quiere besar pero él le dice frío:
--¡antes quiero a mi hija¡¡
Francisco se va de la habitación dejando a Bárbara feliz. Francisco y Marcos se encuentran en el pasillo pero se ignoran. Francisco entra en la habitación donde está su bebé. Sonríe y es muy cariñoso con su hijo:
--una hermana... tienes una hermana...
El guapísimo hombre está desconcertado por lo que ha descubierto:
--una hija... tengo una hija que ya debe ser toda una mujer...

Días después, Rosalinda llega a la casa. Está feliz por no tener que volver al internado y aunque en un principio le da pena no encontrar a Blas, la mirada llena de ternura de Francisco la conmueve. Su sangre se reconoce. El hombre tiene que hacer un gran esfuerzo por no mostrar su emoción.
--mi hija, es mi hija... --dice para sí.
Bárbara está muy cerca de él para que no se vaya de la lengua. Padre e hija se miran fijamente.
--¿y tú quien eres? --le pregunta ella.
A Francisco se le saltan las lágrimas. Antes que diga nada, Bárbara dice:
--es primo de la esposa de Marcos...
Marcos está deseando abrazar a su hermana pero todos le ignoran. Francisco mira a su hija y dice:
--te puedo dar un beso?
Ella hace que sí en la cabeza. Ese beso une a padre e hija. Bárbara está feliz segura que Francisco será suyo para siempre.




Sin imaginar como ha cambiado la vida del hombre al que perseguía en el lavabo, Ricard lo hecha mucho de menos. Está apurado para salir al Ateneu. Llaman a la puerta. Casi se desmaya al ver a Omar. Reconoce a un rostro del pasado.
--¿tú? ¡¡no puede ser¡¡ --Ricard.
Omar lo empuja hacia dentro. Lo agarra del cuello.
--¡¡eres tú maldito¡¡¡tu mataste a mi padre¡¡¡¿recuerdas su rostro?¿no se te aparece en sueños? ¿has podido vivir todos estos años sin culpa?
Ricard está perplejo. Muerto del susto y del dolor. Omar enfurecido.
--¡¡niega en mi cara que tú eres el asesino de mi padre, maldito maricón¡¡ya sé lo que le hiciste, sé que te quisiste aprovechar de él y por eso lo mataste¡¡
Ricard está apunto de desmayarse, no es capaz de decir nada, lo que para Omar es una confirmación. Lo agarra del cuello y lo golpea, lo golpea una y otra vez. Ricard no tiene defensa, sangra.
--¡¡pídeme perdón por haber matado a mi padre...¡¡ --grita como loco.
Ricard está casi sin conocimiento y aún así Omar no deja de golpearlo.
--¡ya que fuiste hombre para matar, sé hombre para afrontar tu culpa¡¡¡¡confiesa tu delito¡¡donde enterraste a mi padre¡¡?
Por la mente del hermano de Marcos pasa la imagen del padre de Omar muerto de un balazo en la frente y con una piedra en el cuello y como él mismo, con todas las dificultades de su edad, enloquecido del dolor, lo lanzó al lago...
Omar le da paliza y lo obliga a llevarlo a la tumba del padre. Ya no le da opción a hablar. Además el chico está muy asustado. Omar conduce como un loco. Ricard está tirado en los asientos de detrás del coche como un animal. Van hacia la finca. Llegan al lago. Ricard no habla pero señala el agua.
--¡¡lo tiraste ahí¡¡¡maldito¡¡¿porque?¿¡que te hizo mi padre?¡¡¡él era un buen hombre¡¡
Omar lo sigue golpeando:
--tu padre me –intenta decir él.
Lleno de odio, Omar dice:
--¡¡no menciones a mi padre... cerdo...¡¡
Lo va arrastrando hacia la casa mientras dice:
--¡¡quiero que digas quien te ayudó en ese delito... quien sabía y todos iréis a la cárcel¡¡
Omar entra en la casa con Ricard arrastras y grita:
--¡¡aquí está el asesino de mi padre¡¡
Marcos y doña Elena salen de la cocina. Marcos mira escondido a Omar con rabia, con amor . Él parece ignorarlo.
--¡¡niño Ricard... ¿que te han hecho? --doña Elena con angustia.
LA cocinera trata de acercarse a él que llorando y escupiendo sangre susurra:
--doña Elena...
Omar no deja que se le acerque.
--¡¡no quiero nada para este asesino¡¡
Marcos mira a su hermano desconcertado:
--mi hermano... ¿tu eres mi hermano? ¿porque mataste a ese hombre?
Doña Elena llora y dice que no. Ricard ya no tiene fuerzas para nada. Francisco ha observado la escena desde las escaleras y baja y agarra del cuello a Ricard que cree que es un sueño:
--¡¡que tienes que ver tú con el secuestro mi mujer y mi hijo ¡¡?
--¿¿¡como?¡¡ --dice a la vez Omar y Marcos.
--¡¡mi mujer embarazada fue secuestrada hace unos días por...¡ --Francisco no se atreve a delatar a Bárbara..
--¡¡pues no dudo que este maricón tenga algo que ver... seguro que se quiso propasar contigo como pasó con mi padre... y se vengó en tu esposa¡¡ --Omar.
--¿¿como pudiste hacerme esto?¡¡ --dice Francisco agarrándole del cuello a Ricard.
Francisco trata de golpearlo, pero doña Elena se lo impide y grita:
--¡¡esto es inhumano¡¡¡¡él no...¡¡
Bárbara entra en escena y no la deja seguir:
--¡¡él asesino a tu padre, Omar, mi esposo me lo contó... por eso su padre lo echó de la casa... yo misma declararé en su contra para que lo metan en la cárcel y pague por su delito¡¡
Ricard queda en el suelo deshecho, casi muerto y a merced del odio de Francisco y Omar. Marcos está desconcertado. Tiene delante a un hermano del que no sabía nada y además al amor de su vida. Doña Elena quiere hablar, quiere decir algo pero sufre un ataque y pierde el conocimiento. Bárbara no puede ocultar su satisfacción. Marcos trata de ayudar a doña Elena que parece muerta, mientras llega la policía que se lleva detenido a Ricard que parece un muerto viviente. Omar se va con ellos. Antes mira a Francisco y le dice:
--tú y yo haremos que este delincuente pague por su delito... por cierto... Tú eres? No te recuerdo de la hacienda...
--soy Francisco –dice triste-- el novio de la esposa de Marcos...
Omar no entiende nada. Tiene el rostro desencajado.
--¿¿como?¡¡ pero dijo que su esposa...
--Lo sé... es una larga historia...
Omar está deshecho y enloquecido por los celos pregunta:
--¡Marcos se casó con su novia por una herencia ¿no?¡¡para tener un hijo¡
Francisco no contesta y Omar lo toma como un sí. Se muere de rabia y dolor.


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