martes, 7 de septiembre de 2010

capítulo 26




Francisco, con dureza, rechaza el diario de Ricard:
--¡yo no quiero nada de eso...¡¡
--él te admiraba... –Isabel con dulzura.
--¡¡se quería acostar conmigo y por eso se vengó en mi mujer...¡¡ --con mucha rabia.
--¡no, no...¡ --primero nerviosa y luego más calmada-- él era buena persona. No era un asesino.
--¡esto no tiene sentido... era tu primo... está claro que tú lo vas a defender... ¿si no era culpable porque se mató en vez de luchar por su verdad?¡
--porque fue rechazado por su familia por ser homosexual, porque vivió traumatizado toda su vida...
Con cierta ironía, Francisco dice:
--si claro... asesinar debe traumatizar mucho... pero peor es para la familia de la victima...
Isabel le suplica que no juzgue a su primo con una ternura que hace mella en la endurecida alma del guapísimo hombre.
--tú lee todo lo que escribió de ti y piensa si tras esas líneas se esconde un asesino...
Isabel se va dejando a Francisco el diario. Francisco trata de seguirla para devolvérselo pero ésta ya se ha ido...
--¿y ahora que hago con esto?

Es de noche, Francisco está en la habitación de su bebé. Bárbara lo va a buscar para que vaya a dormir con ella.
--este no es tu sitio... tu sitio es a mi lado...
--No quiero nuestra hija nos encuentre en esto sin antes saber que soy su padre...
Ella le va desabrochando la camisa mientras le dice:
--si quieres tener a tu hija a tu lado tendrás que ser muy complaciente con su madre...
Francisco se deja arrastrar hacia el cuarto de la apasionada mujer. Es ella la que lo hace todo. Él está inmóvil. No sabe porque no deja de pensar en Isabel. Su ternura le ha llegado dentro.
--¿¿qué es lo que me pasa?¿qué? –se pregunta.
A pesar de sus pensamientos, puede responderle a la mujer tal y como ella espera. Después del placer, ella reposa feliz en los brazos de Francisco.
--te amo, te amo... toda mi vida se justifica por el estar ahora contigo...
Francisco no deja de pensar ya que tiene grabado en la retina el momento en el que Isabel le suplicaba que leyera el diario de su primo.
Justo cuando Bárbara se ha quedado dormida, Francisco sale de la cama totalmente desnudo. Se cubre con un pantalón de pijama y vuelve a la habitación de su bebé. Agarra ese diario. Lo empieza a leer sin nada de ganas pero alentado por la suplica de Isabel.
Con pudor, con pena, con ternura Francisco va leyendo en el diario de Ricard de sus miedos, de sus traumas, de sus deseos...
--¡¡era un degenerado... era un degenerado¡¡ --dice aunque con cierta compasión.
Pero no puede quitarse de la imagen de Isabel de su mente.

Días después, Francisco cita a Isabel para devolverle el diario.
--¿lo leíste?
El otro hace que sí con la cabeza. Nunca pensé que volverá a sentir interés por una mujer que no fuera su Bonita pero así es. El rechazo de Bonita lo ha hecho sentir muerto, estar frente a Isabel lo hace sentir vivo.
--me alegro... a Ricard le hubiera gustado mucho que lo leyeras...
--en realidad no me sorprende lo que leí pero eso no prueba nada...
--claro que sí... mi primo no creció... se quedó en su adolescencia...
--Cuando mató a ese hombre...
--me extraña que un crío pueda matar y deshacerse del cadáver de un hombre mayor que él...
--si alguien lo ayudó no lo hace menos culpable...
--si pero...
Francisco se deja llevar por lo que siente y acaricia en la mejilla a Isabel. Bárbara lo ve y enloquece de los celos. Bofetea a la mujer y la trata de perdida. No logra calmarse a pesar de los intentos de Francisco. Está como loca.
--¡¡Francisco es mío¡¡¡¡Francisco es mío¡¡¡¡sólo a mi me puede tocar... sólo yo tengo derecho a él¡¡ --Bárbara.
--¡¡por favor no hagas un escándalo¡¡ --Francisco.
--señora no sé porque se pone así porque Francisco y yo nos veamos. Él es sólo primo de la esposa de su hijo ¿no?
Bárbara se enfrenta a ella:
--¿¿y tú que sabes? ¡¡primo de qué? ja, ja... yo amo a Francisco desde hace años y no va a llegar una cualquiera como tú a quitarme a mi hombre...
Francisco ya se ha dado por vencido, se da cuenta que nada puede hacer para calmarla. De repente se da cuenta que Rosalinda está encima de las escaleras escuchándolo todo sorprendida. Francisco mira a su hija con pena.
--por favor... tu hija –trata de decir Francisco para calmarla.
Loca de ira, Bárbara dice:
--¡¡no, tu hija no... nuestra hija... Rosalinda es hija de los dos... tuya y mía... yo engañé al imbécil de mi marido pero es tu hija y la saqué del internado porque tú me lo pediste a cambio de acostarte conmigo¡¡
Rosalinda escucha la confesión de su madre perpleja. Francisco mira a su hija con pena. Isabel decide dejarlos solos.
--¡¡eso vete, vete y no vuelve... Francisco es mío, mío...¡¡
Aunque no quiere reconocer que le gustó ser acariciada por ese hombre, Isabel se da cuenta que es un imposible. Lo mira antes de irse pero él solo tiene ojos para Rosalinda y trata de calmar a Bárbara para que no diga nada que haga daño a la pequeña. Isabel se entristece porque Francisco no la mira y se va.


Asustado por los gritos, Marcos, que está al cuidado de doña Elena, quiere ir a ver lo que pasa pero de repente la cocinera le agarra de la mano. El adolescente se ilusiona al ver que se está recuperando.

Bárbara sigue hablando. Se enfrenta a Francisco:
--¡¡por favor, cállate... Rosalinda está...¡¡
Bárbara está tan rabiosa que no se da cuenta que el hombre le quiere decir que su hija los está viendo y sigue:
--¡¡además tu hijo pequeño legalmente es mi hijo... Bonita nunca te va a perdonar que le sacará a su hijo por tu culpa y su hijo será siempre nuestro hijo. Yo te la voy a sacar de mi camino para siempre y no va a ser sólo un secuestro. Estoy dispuesta a matar por ti...¡ --Bárbara.
Francisco cierra los ojos porque no soporta ver el dolor de Rosalinda.
--¿¡pero que es lo que pasa?¡
Rosalinda se acerca en ese momento y dice con horror:
--¡¡eres una asesina... quieres matar a su mujer... no me dijiste que era mi padre¡¡
Bárbara trata de justificarse pero ya es tarde, Francisco, muy triste, trata de calmar a su hija pero ésta no se deja.
--¡¡los odio, los odio a los dos¡ --dice.
Bárbara se enfrenta a Francisco.
--¡¡TODO ESTO ES CULPA TUYA... Y TU HIJO VA A PAGAR TU TRAICION¡¡
Rosalinda se enfrenta a su madre y dice:
--¡¡a mi hermanito tú no le haces nada...¡¡nada¡¡
A pesar de la dureza con la que su hija lo mira, a Francisco le emociona que su hija defiende a su pequeño. Están en esas cuando de sorpresa entra doña Elena ayudada de Marcos.
--ahora sí voy a decir toda la verdad...
Bárbara se sorprende al verla bien:
--¡¡maldita vieja... debí matarte¡¡
--¡¡mi niño Ricard no mató al padre de Omar... fue el padre de ustedes s¡¡¡fue mi señor Don Ricardo quien lo mató al saber que...¡
Bárbara la interrumpe:
--¡¡sí, sí... mi marido mató al amante de su hijo... vaya,... quedamos en que se guardaría el secreto... yo lo protegía por mis niños pero a ti no te importa...¡¡
Marcos y Rosalinda están deshechos, Francisco acaricia a su hija que no lo rechaza. Apoyada en Marcos, la cocinera dice:
--¡¡lo que usted permitió que le hicieran al niño Ricard fue un crimen¡¡
Bárbara se justifica diciendo:
--yo no quería que los niños supieran que su padre es un asesino...
--¡¡usted lo planeó todo... usted pagó al padre de Omar para que se acostara con el niño Ricard, para que lo engañara... y todo por dinero... usted fue la que llevó a el señor hasta el lago para que lo viera...¡¡
--¡¡yo no tengo la culpa que mi marido fuese un sádico y su hijo un degenerado... tú tampoco hiciste nada para defender a tu niño... tú dejaste que su padre lo obligara a tirar el cuerpo de su amante al lago como castigo de su delito...¡¡¡
--¡¡y yo nunca tendré como pagar por mi cobardía¡¡
Marcos está muy impresionado por el sufrimiento de su hermano. Rosalinda por la maldad de su madre. Francisco, que está acariciando a su hija, siente pena por su hija, por Ricard.
--¡¡ya es hora que se sepa la verdad... que se limpie la memoria del niño Ricard¡¡ --doña Elena.
--¡¡yo no he cometido ningún delito¡¡ --Bárbara.
Por su hija Francisco no dice nada pero es la niña la que dice:
--¡¡eso no es cierto... tú secuestraste a la esposa de Francisco de mi papá y has amenazado con matarla. Yo soy capaz de denunciarte... vas a pagar por todo el daño que hiciste¡¡
Bárbara no soporta que su hija se ponga en su contra y dice:
--¡¡eres una mala agradecida¡¡¡yo todo lo hice por ti¡¡¡por tu bien¡¡¡para que todo fuera tuyo... si no fuera por mi no tendrías nada¡¡
Muy triste Rosalinda:
--yo no necesito el dinero, yo sólo quería una mamá un papá...
Francisco se entristece por las palabras de su hija.
--quiero que le cedas a Marcos todos tus bienes y que pagues por tus delitos... que vayas a la policía... –Rosalinda.
--¡¡nunca, nunca¡
Bárbara sube corriendo las escaleras, Francisco está seguro que quiere hacer daño a su pequeño y va tras ella. Va un forcejeo tras el que Francisco cae rodando por las escaleras.




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